En 2011, el Hospital de Butaro inauguró unas instalaciones hospitalarias de 150 camas que ofrecen servicio a casi 350.000 personas en esa región de Ruanda. A pesar de su importancia, había pocos médicos que quisieran trabajar allí. La solución pasó por construir atractivas casas para médicos y a 5 minutos andando del hospital, con la intención de ofrecer un entorno de trabajo y de vida atractivo para médicos que tendrían que venir del extranjero.
Al construir las viviendas, los arquitectos adoptaron una visión holística de las necesidades de la comunidad, y enfocaron el proyecto como una oportunidad también para formar a sus habitantes en oficios especializados. En los talleres organizados en el propio lugar aprendieron a elaborar bloques de tierra comprimida; estos ladrillos resisten terremotos y su producción es sostenible. También fueron formados para construir el mobiliario del hospital y los accesorios de iluminación. Además desarrollaron técnicas paisajísticas que mejoran la estabilización de la tierra y que luego fue esencial para potenciar la agricultura de la zona.
En este proyecto participaron más de 900 trabajadores y las técnicas y oficios aprendidos proporcionará a las generaciones venideras de Ruanda una mejora en las prácticas de construcción, y también en la asistencia médica. Valga este caso para recordar aquella frase que dijo una ministra de España hace aproximadamente diez años: “la construcción no es una industria”. Y siguió siendo ministra y profesora universitaria.
Leave a Reply
Su email está protegido con nosotros.